Os arquitectos Jesús Irisarri e Guadalupe Piñera planificaron no campus universitario de Pontevedra a Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte, un edificio baseado en criterios de sensibilidade medio ambiental e o aproveitamento das enerxías renovables. Por el, os dous arquitectos acaban de obter un relevante premio que concede o Consello Superior de Colexios de Arquitectos de España, o SICE (Sostenibilidad, Innovación e Calidade na Edificación) 2008.
ANÁLISE DOS ARQUITECTOS SOBRE A OBRA E O SEU CONTEXTO:
(Material orixinal)
Campus de Pontevedra
En la ordenación del Campus de Pontevedra y los edificios de la facultad de ciencias de la educación y el CACTI, se superponen aquellas geometrías que conforman las trazas del lugar y una naturaleza todavía con potencial, a la intención de crear una atmósfera resultado de la permeabilidad y presencia de las peculiaridades ambientales sumado a la decisión de hacer participar entre si a las diversas actividades de la vida universitaria a través de dos mecanismos, continuidades visuales en planta y sección, y conversión de espacios de circulación en áreas de relación. De modo que conseguimos múltiples escalas y sensaciones ambientales.
Ello lleva a aprovechar la oportunidad para revivir el río como vertebrador de la ciudad, entender y proponer el campus como espacio comunitario de cultura y ocio, y recuperar el área del campus y el río como parque y como ecozona definida.
Se peatonaliza el área central del campus y se crea un "ágora" central con plaza cubierta como lugar capaz de eventos varios, que "cosa" los edificios hoy aislados.
El tratamiento paisajístico aúna los valores del espacio natural con el lugar cultural, confluyendo una ecozona de ribera con un jardín estructurado, y se integra el campus a través de vinculación con el río en la red de recorridos de ribera que enlazan con la ciudad.
Trabajar con la densidad del arbolado de modo que sin perder la consistencia física de la ribera, se haga ésta visible y accesible en la zona central del campus, mientras se mantiene la densidad de helechos y arbolado que la hace frondosa y recogida en otras.
Un paisaje de diversas podas de la pradera central, se potencia con plantas de temporada en un diálogo entre los ámbitos perenne y estacional del campus.
El edificio del CACTI se erige como referencia que "ancla" visualmente el campus a la ciudad a la que pertenece, como presencia de una institución fundamental y pública. Situado en el centro de la nueva "plaza", pasa a formar parte de los elementos de referencia del paisaje, asomando por encima del nuevo arbolado del campus.
Su programa, con partes autónomas y diferenciadas, se organiza de modo que cada módulo ocupa una planta o un dúplex. Su vínculo es el núcleo de comunicaciones y estar envueltos en una doble piel que los unifica y permite optimizar su funcionamiento energético.
La piel exterior del CATRI se dobla conformando una plaza cubierta que se constituye en el clima de Pontevedra en el corazón del campus.
Imaginamos la construcción con una apariencia sensible a los cambios ambientales con los que interacciona, ligera y etérea pero al mismo tiempo con una presencia espacial definida. Para ello los módulos interiores revestidos con acabados de paneles de colores que evidencien los distintos módulos, llevan una capa exterior translúcida o transparente según el caso.
Cada módulo se asoma a la ciudad o al campus según su altura y situación de manera diferente a través de terrazas-galería.
El lugar dónde se ubica, la deseable y cercana presencia del río, y los diversos y tan distintos usos, hacen natural un edificio de Ciencias de la Educación, que busque con decisión enlazarse y abrirse a la riqueza del sitio.
El edificio pretende explotar la enorme riqueza de escalas y actividades de su programa convirtiendo los espacios de transición y circulación en mecanismos que hagan compartir y presentes las diversas actividades. Se configura en bandas de diferentes alturas con galerías de estancia y reparto orientadas al sur y al área central del campus, separando el programa en bloques claros por usos y necesidades espaciales.
Por otra parte el principio bioclimático está basado en la idea de la creación de un sobre microclimático es decir, de una envolvente translucida o transparente que alberga los bloques de programa internos. El paisaje protegido que se conforma entre estas dos pieles, crea un espacio semipúblico con condiciones climáticas excepcionales, donde se puede pasar más tiempo fuera al ofrecerse un exterior al interior.
Y seguimos, buscando grados de libertad, tanto para nuestra capacidad de proponer, cómo para los usuarios de aquellos espacios que construimos.
ANÁLISE DOS ARQUITECTOS SOBRE A OBRA E O SEU CONTEXTO:
(Material orixinal)
Campus de Pontevedra
En la ordenación del Campus de Pontevedra y los edificios de la facultad de ciencias de la educación y el CACTI, se superponen aquellas geometrías que conforman las trazas del lugar y una naturaleza todavía con potencial, a la intención de crear una atmósfera resultado de la permeabilidad y presencia de las peculiaridades ambientales sumado a la decisión de hacer participar entre si a las diversas actividades de la vida universitaria a través de dos mecanismos, continuidades visuales en planta y sección, y conversión de espacios de circulación en áreas de relación. De modo que conseguimos múltiples escalas y sensaciones ambientales.
Ello lleva a aprovechar la oportunidad para revivir el río como vertebrador de la ciudad, entender y proponer el campus como espacio comunitario de cultura y ocio, y recuperar el área del campus y el río como parque y como ecozona definida.
Se peatonaliza el área central del campus y se crea un "ágora" central con plaza cubierta como lugar capaz de eventos varios, que "cosa" los edificios hoy aislados.
El tratamiento paisajístico aúna los valores del espacio natural con el lugar cultural, confluyendo una ecozona de ribera con un jardín estructurado, y se integra el campus a través de vinculación con el río en la red de recorridos de ribera que enlazan con la ciudad.
Trabajar con la densidad del arbolado de modo que sin perder la consistencia física de la ribera, se haga ésta visible y accesible en la zona central del campus, mientras se mantiene la densidad de helechos y arbolado que la hace frondosa y recogida en otras.
Un paisaje de diversas podas de la pradera central, se potencia con plantas de temporada en un diálogo entre los ámbitos perenne y estacional del campus.
El edificio del CACTI se erige como referencia que "ancla" visualmente el campus a la ciudad a la que pertenece, como presencia de una institución fundamental y pública. Situado en el centro de la nueva "plaza", pasa a formar parte de los elementos de referencia del paisaje, asomando por encima del nuevo arbolado del campus.
Su programa, con partes autónomas y diferenciadas, se organiza de modo que cada módulo ocupa una planta o un dúplex. Su vínculo es el núcleo de comunicaciones y estar envueltos en una doble piel que los unifica y permite optimizar su funcionamiento energético.
La piel exterior del CATRI se dobla conformando una plaza cubierta que se constituye en el clima de Pontevedra en el corazón del campus.
Imaginamos la construcción con una apariencia sensible a los cambios ambientales con los que interacciona, ligera y etérea pero al mismo tiempo con una presencia espacial definida. Para ello los módulos interiores revestidos con acabados de paneles de colores que evidencien los distintos módulos, llevan una capa exterior translúcida o transparente según el caso.
Cada módulo se asoma a la ciudad o al campus según su altura y situación de manera diferente a través de terrazas-galería.
El lugar dónde se ubica, la deseable y cercana presencia del río, y los diversos y tan distintos usos, hacen natural un edificio de Ciencias de la Educación, que busque con decisión enlazarse y abrirse a la riqueza del sitio.
El edificio pretende explotar la enorme riqueza de escalas y actividades de su programa convirtiendo los espacios de transición y circulación en mecanismos que hagan compartir y presentes las diversas actividades. Se configura en bandas de diferentes alturas con galerías de estancia y reparto orientadas al sur y al área central del campus, separando el programa en bloques claros por usos y necesidades espaciales.
Por otra parte el principio bioclimático está basado en la idea de la creación de un sobre microclimático es decir, de una envolvente translucida o transparente que alberga los bloques de programa internos. El paisaje protegido que se conforma entre estas dos pieles, crea un espacio semipúblico con condiciones climáticas excepcionales, donde se puede pasar más tiempo fuera al ofrecerse un exterior al interior.
Y seguimos, buscando grados de libertad, tanto para nuestra capacidad de proponer, cómo para los usuarios de aquellos espacios que construimos.
Foto: Irisarri + Piñera
Foto: Irisarri + Piñera